sábado, 4 de octubre de 2008

De “Chemo” y otros demonios

Que Chemo se anotó un punto más a su favor, cuando dejó fuera de la última convocatoria a los jugadores implicados en actos de indisciplina, es una verdad irrefutable.

Pero ojo que tiene un teléfono malogrado en la interna de la cuestionada Comisión Sudáfrica 2010. Las declaraciones con afanes de figuración del congresista José Mallqui le hacen flaco favor al técnico del seleccionado. Mucho antes de la convocatoria oficial, Mallqui deslizó irresponsablemente que Del Solar llamaría a Jefferson Farfán, dejando de antemano mal parado al estratega, quien en todo caso tendría también que perdonar a todos, incluso a Claudio Pizarro, quien desde Europa pidió su destitución, como si fuera dueño del seleccionado.


Con dirigentes así, se puede deducir que los enemigos están en casa y no en la prensa como se quiere hacer creer. La prensa sólo informa y opina.


Chemo está demostrando que respeta algo fundamental que siempre se quebró a través de varios técnicos que pasaron por el combinado nacional: El principio de autoridad.

No se puede premiar a un irresponsable que metió prostitutas a la concentración de una selección nacional. Del Solar sabe que el único camino para cambiarle el rostro al fútbol peruano es con mano firme. En lo que sí no compartimos es en algunos de sus llamados.

Es un error permanente en él. Por ejemplo, no sabemos por qué convoca a Juan Carlos Mariño, cuando el volante de Cienciano desairó en dos oportunidades a la casaquilla blanquirroja anteponiendo sus apetitos personales por un equipo de Segunda en España que luego lo dejó ir por bajo rendimiento.

Además, Chemo debería entender que el Mariño de hoy no es el mejor que vimos meses atrás.

Situación similar es la del jugador de Cristal, Rinaldo Cruzado, es de los más bajos en su club, pero Del Solar lo premia sin ninguna justificación. José Guillermo del Solar Alvarez Calderón se está haciendo técnico en una selección, suerte que otros, probablemente, jamás la tengan, pero debería no sólo tomar decisiones acertadas, como la de No convocar a los indisciplinados, sino también la de dejar fuera de la lista a jugadores que no merecen estar debido a su actual bajo rendimiento. ¿O no?


Tomado del Diario Ojo - Por Ernesto Cavagneri

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